lunes, 25 de agosto de 2008

DESCUBRIENDO LOS MITOS Y LAS REALIDADES DE LA HOMOSEXUALIDAD.




Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré, y no los abandonaré.
(Isaías 42: 16)

Jeremías era el típico adolescente, en pantalones de mezclilla holgados, un apetito voraz y una arrogancia del tamaño del mundo.

O por lo menos eso era lo que sus padres pensaban. Pero ellos comenzaron a ver, cada vez más, que él era diferente de los otros adolescentes. Desde que comenzó la secundaria, Jeremías se sintió fuera de lugar. Parecía que la mayoría de los chicos de la escuela, sólo estaban interesados en los deportes. A Jeremías le interesaba la música. No era muy alto y era mucho más delgado que muchos de los chicos de la clase de gimnasia, este hecho era tan evidente que se sentía cohibido. La mayoría de sus amistades eran chicas. Por alguna razón él sentía que se podía relacionar con ellas más fácilmente.

Él no sabía qué tan diferente era hasta la primera vez que alguien lo llamó “maricón”. Este apodo fue tan devastador, que sintió como si un disparo le hubiese atravesado el corazón. Cuando otros muchachos se unieron en coro para añadirle el sobrenombre de “marica”, a la creciente lista de insultos, la humillación que Jeremías sintió fue indescriptible. Para la época que llegó a la secundaria, Jeremías era considerado un excluido. Él no le pudo hablar a su padre de sus temores; de hecho, Jeremías no pudo establecer ninguna relación con él. Lentamente, se encontró en un mundo sin compañía masculina o aceptación de parte de los hombres. Pronto, Jeremías comenzó a desear la atención de los varones e incluso a fantasear sobre cómo sería si un chico gustara realmente de él. Jeremías comenzó a pensar que a lo mejor todo el mundo tenía razón... quizás él sí era homosexual.

¿Cuál es su historia?

¿Tiene usted un amigo como Jeremías? ¿Se ha burlado usted de alguien, porque él o ella es diferente? ¿O se puede usted identificar con el dolor, el aislamiento y la confusión que Jeremías sentía? Si esto es así, usted no está solo. Muchos adolescentes hoy en día conocen a alguien que está luchando con pensamientos o con conductas homosexuales; o está batallando con el deseo de iniciar un estilo de vida homosexual. Lo peor es que algunos adolescentes ya han abandonado la pelea y han sucumbido a la idea de ser homosexual. De hecho, un estudio reciente demostró que casi el 12 por ciento de los jóvenes de la escuela secundaria intermedia y del último año,
Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos
convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré, y no los abandonaré.
(Isaías 42: 16)
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cuestionan su sexualidad, sin llegar a ninguna conclusión sólida. 1
Pensándolo bien, ¿quién los puede culpar? La televisión le da un halo de glamour o de encanto a la homosexualidad. Los comerciales están comenzando a representarlos como algo completamente normal. La moda está promoviendo los estilos completamente andróginos, la ropa unisex e incluso los perfumes pueden ser usados, tanto por los hombres, como por las mujeres. Las escuelas públicas respaldan esa enseñanza. Y muchos gobiernos del mundo están considerandoestablecer lo que ellos han definido como políticas sobre la tolerancia y los llamados crímenes de odio.

¡Con razón existen tantos jóvenes que luchan con su identidad sexual!

Parece que muchos adolescentes de hoy en día, no experimentan lo increíble que es ser un chico o una chica. ¿Lo has experimentado tú? ¿Estás consciente de lo que vales ante los ojos de Dios? Por la Biblia sabemos que toda vida es valiosa, porque está hecha a imagen de Dios. Para Él, tú eres único. De hecho, todas las vidas humanas son valiosas, independientemente de que estén por nacer, sean jóvenes, ancianos, poco atractivos, tengan impedimentos mentales o físicos; o en cualquier otra forma que se exprese la humanidad, desde su nacimiento hasta la muerte.

“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.” 1 Corintios 6: 19-20

Como cristianos, sabemos que la vida es sagrada y que este concepto está basado en el carácter de Dios, no en nuestras características. Nosotros no somos dueños de nuestras vidas, fuimos comprados por un precio. Sabiendo esto, no deberíamos ser crueles con nadie que es “diferente” de nosotros.... incluyendo a los homosexuales. Debemos proceder con ellos con amor, exactamente como lo hizo Jesucristo. Sin embargo, demostrar bondad, respeto y amor por otros, no significa que tenemos que aceptar todo lo que ellos hacen.

El mundo, sin embargo, contará una historia diferente. Nuestra era predica: la tolerancia, en todas las clases y formas. Y al parecer, en varios países hoy en día, la tolerancia es un concepto pregonado por la mayoría que lo considera como una virtud por excelencia. ¿Pero es acaso la tolerancia algo malo? ¿Y qué significa exactamente? Una definición tradicional de la palabra tolerancia es “la disposición a admitir en los demás una manera de ser, de obrar o de pensar distinta de la propia”. Así que si alguien tiene creencias o prácticas que difieren de las nuestras, o incluso de las de Dios, ¿deberíamos tolerarlas?

Un conocido profesor y autor cristiano, el doctor J. Budziszewski ha escrito extensamente sobre el tema de la tolerancia, para ayudar a jóvenes cristianos a defender mejor sus creencias. Él escribe, “La tolerancia es la sabiduría para saber qué cosas malas se pueden soportar, cuándo, por qué y hasta qué grado, junto con la fortaleza de carácter para actuar con esa sabiduría”. 2 El doctor J. Budziszewski les recuerda a los jóvenes que “no es necesariamente intolerante expresar convicciones fuertes, siempre y cuando se haga con humildad y gentileza”.

Comunicar la verdad con amor

Para comunicar la verdad, usted no sólo tiene que estar interesado en la verdad, sino también, tiene que tener consideración con la persona a quien está tratando de comunicársela. Si su genuina preocupación por esa persona no es clara y evidente, existe la posibilidad de que esa persona no escuche lo que usted le esté diciendo. La idea es que usted comunique la verdad con amor. Y para transmitir la verdad, usted tiene que conocer la verdad. Dios, el autor de la verdad, tiene unas cuantas cosas que decir sobre la conducta homosexual. Leamos estos versículos de la Biblia:

“No te acostarás con un hombre como quien se acuesta con una mujer. Esto es una abominación”. (Levítico 18: 22)

“Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros.

Intercambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados, en vez del Creador, quien es bendecido por siempre. Amén. Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, Él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer”. (Romanos 1:24-28)

“¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios”.
(1 Corintios 6:9-11)

Ahora bien, sabemos que la ley es buena, si se aplica como es debido. Tengamos en cuenta que la ley no se ha instituido para los justos sino para los desobedientes y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos. La ley es para los que maltratan a sus propios padres, para los asesinos, para los adúlteros y los homosexuales, para los traficantes de esclavos, los embusteros y los que juran en falso. En fin, la ley es para todo lo que está en contra de la sana doctrina enseñada por el glorioso evangelio que el Dios bendito me ha confiado”.

(1 Timoteo 1:8-11)
“Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza”. (Judas 7)

“Además, condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra, y las redujo a cenizas, poniéndolas como escarmiento para los impíos. Por otra parte, libró al justo Lot, que se hallaba abrumado por la vida desenfrenada de esos perversa, pues este justo, que convivía con ellos y amaba el bien, día tras día sentía que se le despedazaba el alma por las obras inicuas que veía y oía. Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio. Esto les espera sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor. ¡Atrevidos y arrogantes que son! No tienen reparo en insultar a los seres celestiales”. (2 Pedro 2:6-10)

Usted debe también conocer la verdad sobre la homosexualidad. Actualmente están circulando por el mundo, varios mitos relacionados con la homosexualidad. Los cuales ya están llegando hasta nuestros oídos. Este folleto le ayudará a derrumbar esos mitos y expondrá la verdad de los hechos sobre la homosexualidad, y así podrá ayudar a alguien que usted conoce (incluso usted mismo) a escaparse de la peligrosa red de mentiras, que potencialmente pueden mantener a una persona atrapada en la homosexualidad.

Mito # 1
El diez por ciento de la población es homosexual.

¿Ya lo había oído antes? No lo crea. Este mito se originó cuando los partidarios de la homosexualidad, comenzaron a distorsionar las referencias del famoso libro escrito por Alfred Kinsey a finales de la década de los años cuarenta, titulado Sexual Behaviour in the Human Male, o en español La Conducta Sexual Masculina (el título no es como para sentarse a leerlo libremente en un café, ¿verdad?) La idea de Kinsey era proveer una visión científica de la sexualidad humana; la homosexualidad fue sólo uno de los muchos aspectos de la sexualidad que él estudió. Lamentablemente, sus métodos de investigación se han considerado demasiados sesgados o parcializados, ya que los hombres que él investigó habían tenido más experiencias homosexuales que la población en general. De hecho, del 20 al 25 por ciento de los hombres en este estudio habían estado en la cárcel y el 5 por ciento pueden haber sido hombres prostitutos. Esto es como tratar de hacer una encuesta para saber a cuántas personas les gustan los helados, yendo a una heladería y preguntándoles a los clientes si a ellos les gusta comer helados.

En su libro, Kinsey informó que “el 10 por ciento de los varones son más o menos exclusivamente homosexuales por lo menos por tres años, entre las edades de 16 a 55”. 5 Kinsey también estableció que sólo un 4 por ciento de los varones en este estudio “son exclusivamente homosexuales a través de todas su vidas, desde el momento de la adolescencia”. 6 ¿Se da cuenta de la diferencia que existe entre las dos declaraciones? Mientras Kinsey sostenía que el 10 por ciento de los hombres incursionan en conductas homosexuales, por un periodo de aproximadamente tres años de su vida, en realidad él reportó que sólo un 4 por ciento de los hombres entrevistados dijeron ser homosexuales por el resto de sus vidas. Sin embargo, por muchos años, los partidarios de la homosexualidad han citado a Kinsey, como la máxima autoridad para proclamar que el 10 por ciento de la población es en realidad homosexual. Esto es una prueba de que la gente cree lo que quiere creer.


La realidad: Sólo del uno al tres por ciento de la población es homosexual.

Por medio de métodos de investigación, más sofisticados que los métodos de Alfred Kinsey, se ha aclarado que la cifra del 10 por ciento es totalmente falsa. Verifique la siguiente información:

En un artículo del periódico The Wall Street Journal, titulado “Los homosexuales y la falacia del 10 por ciento”, se informó que menos del 5 por ciento de los hombres y las mujeres han tenido algún contacto homosexual en su vida. No solamente hace esta declaración, sino que explica que: “no más del tres por ciento de los hombres, y considerablemente muy pocas mujeres, dicen ser bisexuales o exclusivamente homosexuales”. Estos hallazgos son el resultado de un estudio de más de 30 encuestas en los Estados Unidos, Europa y Escandinavia.

El instituto Alan Guttmacher encontró que el 2.3 por ciento de “los hombres sexualmente activos, entre los 20 y los 39 años de edad, han tenido alguna actividad sexual con personas del mismo sexo durante los últimos 10 años” y sólo el 1.1 por ciento de estos hombres dijeron ser exclusivamente homosexuales dentro de este periodo de tiempo. 9
Milton Diamond de la Escuela de Medicina John A. Burns, en la Universidad de Hawaii declara que inclusive recurriendo a cifras disponibles más altas, los hallazgos son solamente del “5 al 6 por ciento para los hombres y del 2 al 3 por ciento para las mujeres”. Es importante aclarar, que este estudio representó toda clase de individuos que habían participado en alguna conducta sexual con personas del mismo sexo.

Lo que es más sorprendente es que algunos individuos que se identifican como homosexuales están de acuerdo de que el mito del 10 por ciento es falso. ¿Por qué algunos continúan distorsionando los así llamados hechos, cuando la cifra del 10 por ciento, a pesar de su popularidad, no es exacta?

Jill Harris del movimiento pro homosexual ACT-Up afirma lo siguiente sobre el mito “uno de cada diez”: “Yo creo que la gente probablemente siempre supo que era un buen número que sonaba bien al decir ‘uno de cada diez’ y es realmente una forma muy buena de hacer que la gente nos acepte”.

¿Por qué es importante la verdad?

En cuanto a la exactitud de cuántas personas son homosexuales o heterosexuales, posiblemente usted se esté preguntando: “¿Cuál es el problema?”. Éste es el problema: Cuando se dice que una de cada diez personas en una población es homosexual, algunos activistas homosexuales están promoviendo deliberadamente una mentira. Ellos le están diciendo al mundo que la homosexualidad es “normal” y que debería ser aceptada como tal. Ellos esperan que mientras más gente comience a pensar que la homosexualidad es normal, más fácilmente será aceptada su identidad por la mayoría de las personas.

Sin embargo, si usted lo piensa, este tipo de razonamiento es poco convincente. Por ejemplo, si 10 a 15 por ciento de las personas en una población sufre de alcoholismo, eso no quiere decir que aceptamos esa conducta como normal o saludable. Inclusive si el 95 por ciento de la población fuera adicta al alcohol, aun así no lo consideraríamos normal o aceptable. Tomemos otro ejemplo: la pedofilia (relaciones sexuales de adultos con niños) otra conducta sexual cuyos partidarios esperan ganar aceptación pública. Aunque usted no lo crea, existen personas que piensan que está bien tener relaciones sexuales con niños. Basados en esa lógica del mito del 10 por ciento que los homosexuales promueven, podríamos decir que mientras más gente declare abiertamente ser pedófilo, más “normal” deberíamos considerar esa conducta y más aceptación debería tener.

“Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.” Proverbios 3:6

Como cristianos deberíamos preguntarnos a nosotros mismos: ¿Bajo qué principios vamos a vivir? ¿Vamos a aceptar las así llamadas normas creadas por nuestra sociedad o vamos a buscar a Dios y su palabra para guiar nuestras vidas? Claro, es difícil andar por el camino angosto. Pero cuando confiamos en que Dios sabe qué es lo mejor para nuestras vidas y seguimos sus mandamientos, podemos recibir sus bendiciones y vivir una vida abundante... la vida que Él ha planeado para nosotros.

Mito # 2
La persona ya nace homosexual.

¿Puede realmente una persona nacer homosexual? La controversia sobre este tema es enorme. Quizá muchos activistas homosexuales se aferren del mito que ya discutimos sobre el 10 por ciento; porque ellos quieren convencer a otros de que la homosexualidad es tan común, que algunas personas tienen que haber nacido homosexuales. En 1993, la respetada revista científica Science publicó un estudio de Dean Hammer, que inició el mito de “nacido homosexual” y que explotó como una bomba atómica. Hammer básicamente afirmó que la ciencia estaba “al borde de comprobar que la homosexualidad es innata, genética y por lo tanto inmutable, una variante normal de la naturaleza humana”.

Los medios de comunicación se desbocaron. Varias publicaciones de noticias y programas publicaron titulares e historias que sugerían que los científicos habían descubierto el “gen de la homosexualidad”. Claro, en letras más pequeñas, los reporteros calificaron las afirmaciones como un posible descubrimiento, porque en realidad, no hubo un descubrimiento, ¡pero lo hicieron de tal forma para que la noticia penetrara la mente del público! La gente comenzó a persuadirse.
¿Por qué es tan importante para algunos activistas homosexuales probar este asunto? Posiblemente la razón más poderosa es que: si el mundo estuviera convencido de que en realidad algunas personas nacen homosexuales, entonces algunas personas sentirían la necesidad de proteger a los homosexuales por medio del gobierno, dándole el estatus de minoría.. Poco a poco, pero a paso firme, parece que el gobierno está aceptando esta visión y le está concediendo derechos especiales a la comunidad homosexual, basados solamente en su conducta personal y no en una identidad genética.

La realidad: No existen evidencias que respalden la idea de que una persona pueda ser homosexual de nacimiento.

Todos los hallazgos procedentes de los estudios sobre gemelos, de los estudios de las “conexiones” genéticas o los estudios sobre las disecciones del cerebro no han podido probar que la homosexualidad es genética. Veamos a continuación:
El doctor Charles W. Socarides, presidente de National Association for Research and Therapy of Homosexuality (Asociación Nacional para la Investigación y la Terapia de la Homosexualidad) sostiene que si los psicólogos y los ministros han tratado con éxito problemas de homosexualidad, entonces la teoría del origen genético no es confiable.

Varios investigadores encontraron fallas en el renombrado estudio del cerebro realizados por Simon LeVay en 1991, cuyo objetivo era encontrar diferencias entre los hipotálamos (una pequeña parte del cerebro) de supuestos hombres homosexuales y heterosexuales. Un investigador expresó: “Decir que este experimento es extremadamente dudoso, no es suficiente. LeVay está tratando de decirnos que él ha detectado una diferencia entre el cerebro de los homosexuales y los heterosexuales, cuando él no tiene la menor idea, de si en realidad habían heterosexuales en su grupo de estudio”.

En 1991, el psicólogo Michael Baile y el psiquiatra Richard Pillard intentaron demostrar que la homosexualidad se da más frecuentemente entre gemelos idénticos que entre gemelos fraternales. El estudio tenía una gran falla: Todos los gemelos del estudio habían crecido juntos. Uno de los errores del estudio es que los investigadores no compararon sus hallazgos, con un grupo control de gemelos criados separadamente. Si lo hubiesen hecho, habrían descubierto que hay otros factores que intervienen, por ejemplo: cómo los efectos de la dinámica familiar y de las relaciones con sus padres afectaron el desarrollo de su persona. Sin mencionar que sólo la mitad de los gemelos idénticos estudiados resultaron ser ambos homosexuales. Esto nos hace preguntar, si el estudio demostró que la homosexualidad entre los gemelos es puramente genética, entonces el cien por cien de todos los gemelos deberían haber sido homosexuales”.

En julio de 1996, cinco investigadores encabezados por Dean Hammer en el National Cancer Institute (Instituto Nacional de Cáncer) publicaron un estudio cuyo objetivo era vincular la homosexualidad en los hombres, con una región específica del cromosoma X. Pero el doctor Joseph Nicolosi, director de Thomas de Aquinas Psychological Clinic (Clínica Psicológica Thomas de Aquinas), menciona que: “La homosexualidad es mucho más compleja que una simple conducta, ya que incluye los pensamientos, los sentimientos, las fantasías, las atracciones específicas y la identidad”.

El médico Jeffrey Satinover, en su articulo: “Is There a Gay Gene?” (¿Existe un gen homosexual?) afirma: “En todo caso, no es posible saber lo que los hallazgos significan, pues es imposible que la orientación sexual sea heredada, de la misma forma que se transmite el color de los ojos”.

¿Por qué es importante la verdad?

En la medida en que el mito de la homosexualidad es más y más aceptado por nuestro gobierno, nuestro país está siendo testigo de sus efectos. Por ejemplo, más y más países van a tratar de legalizar matrimonios entre personas del mismo sexo y esto se irá aceptando, cada vez más y con menos oposición. A los niños en edad preescolar se les está enseñando que tener dos mamás o no tener papá está muy bien; y que ser homosexual es sólo otra clase de amor. 18 Pronto, el currículo de enseñanza podrá incluir cursos sobre temas de homosexualidad, bisexualidad y transexualidad. 19 Además de los fondos federales asignados para investigación sobre el SIDA, su prevención y tratamiento, que ahora son comparables con el presupuesto para la investigación del cáncer, los activistas del SIDA están haciendo otras demandas, tales como: acceso a exámenes anónimos de VIH; exámenes no obligatorios de VIH; desarrollo del programa de intercambio legal de agujas; presentación de información sobre el SIDA, a todo nivel de educación; y disponibilidad sin restricciones de métodos anticonceptivos para todas las edades.

Enfrentemos el problema: la ciencia está basada en hechos concretos... no en teorías. Por lo tanto, cuando los medios de comunicación se aferran a una teoría genética vinculada con la homosexualidad, la promueven como si fuese un hecho científico, lo cual desconcierta al público y esto no es correcto. Además, aunque en el futuro se pudiera comprobar la existencia de una conexión genética, eso no haría que de la noche a la mañana, esa conducta se considerara correcta o aceptable ante Dios.

Aunque a ciertas conductas se les ha encontrado un origen genético, esto no implica que esas conductas son normales o correctas. Un ejemplo es el alcoholismo o la propensión a las rabietas. Aunque estas conductas han sido promovidas como de origen genético, existen pocos, si los hay, en nuestra sociedad que promoverían estas conductas como buenas, sólo porque tienen un origen genético. La Palabra de Dios no tiene estipulaciones para ninguna conducta sexual, excepto para las relaciones que se dan dentro del matrimonio heterosexual.

Mito # 3
Las relaciones homosexuales no son diferentes de las relaciones heterosexuales.

Los defensores de la homosexualidad quieren mantener circulando este mito, porque ellos quieren que sus relaciones homosexuales sean consideradas, en el mismo plano que las relaciones heterosexuales. Los hombres quieren que se les permita casarse con hombres y las mujeres con mujeres. Algunos de ellos quieren adoptar niños. Y hay algunas parejas de homosexuales que se quieren sinceramente. Entonces, ¿son las relaciones homosexuales diferentes de las relaciones heterosexuales? Se va a quedar sorprendido.

La realidad: Las relaciones homosexuales entre hombres son rara vez monógamas y quienes participan en este tipo de relaciones corren el riesgo de adquirir enfermedades que ponen en peligro la vida.

La mayoría de los homosexuales tienen relaciones sexuales con una gran cantidad de diferentes individuos a lo largo de su vida. Los estudios de investigación han encontrado que en promedio, el hombre homosexual es muchísimo más promiscuo que el heterosexual. Examine los hallazgos de uno de los estudios más extensos hechos por A.P. Bell y M.S. Weinberg:

• El 73 por ciento de los hombres homosexuales han tenido más de 100 parejas

• El 58 por ciento de los hombres homosexuales ha tenido más de 250 parejas

• El 41 por ciento de los hombres homosexuales ha tenido más de 500 parejas y

• El 26 por ciento de los hombres homosexuales ha tenido más de 1,000 parejas.

Y en otro estudio, dos investigadores homosexuales encontraron que el 73 por ciento de los hombres adultos homosexuales habían tenido relaciones sexuales con jóvenes de 19 o menores de 19 años. 22 ¿Es acaso éste el estilo de vida de la mayoría de los hombres heterosexuales que usted conoce? Lo dudo. Cualquier hombre que haya dormido con esa cantidad de mujeres se consideraría un adicto sexual. Sin embargo, esta parece ser la norma entre todos los homosexuales. Algunos han comparado a los homosexuales con los drogadictos, ambas conductas exigen cada vez más intensidad y esfuerzos para alcanzar la misma excitación.

Así como existen individuos que les gustaría promover como un hecho comprobado, el mito de que las relaciones homosexuales no son diferentes de las relaciones heterosexuales; así también hay individuos de la comunidad homosexual que admiten que esto es falso. Andrew Sullivan, un conservador prominente, que a su vez es un autor homosexual, afirma que las parejas homosexuales se adhieren a un estándar moral muy diferente de las parejas heterosexuales. Él dice que su patrón de referencia moral es uno de “mucho más entendimiento de la necesidad de tener escapadas fuera del matrimonio”.23 Dos investigadores, que declararon ser una pareja homosexual, llegaron a la conclusión de que si la pareja no está abierta a contactos sexuales fuera de la relación, la relación homosexual entre hombres rara vez perdura. 24

¿Por qué es importante la verdad?

Dios creó la extraordinaria relación entre el hombre y la mujer. Sin embargo, se opone de la misma forma, tanto a las relaciones sexuales prematrimoniales, como a las relaciones homosexuales. Ninguna de las dos es parte del plan divino. Decir que las relaciones homosexuales son lo mismo que las heterosexuales es burlarse del acto divino de la creación y del mandamiento del matrimonio. Él creó al hombre y a la mujer, los hizo el uno para el otro y a esto lo declaró “bueno”. Decirlo de otra manera es desorientar a las personas.

El Mito # 4
El SIDA es un riesgo tanto para los heterosexuales, como para los homosexuales.

Claro, el SIDA es un riesgo para cualquiera que decida tener relaciones sexuales, especialmente si la persona en cuestión no es “virgen o es o fue una persona drogadicta que se inyectaba intravenosamente, o ha recibido transfusiones de sangre”. 25 Pero ya hemos establecido que en general, los homosexuales son más promiscuos que los heterosexuales. ¿Entonces, no es más probable que los hombres homosexuales corren más riesgo que los heterosexuales, cuando se trata de contraer el SIDA? Correcto, usted acertó.

La Realidad: El riesgo de contraer el SIDA de una sola relación heterosexual sin ninguna protección es 1 en 715.000. El riesgo de contraer SIDA de un sólo acto homosexual sin ninguna protección es de 1 en 165.26

¡Increíble! Aunque el SIDA se ha convertido en una enfermedad universal (de todas maneras usted está en peligro, cuando se arriesga a tener relaciones sexuales fuera del matrimonio) es indudable que la probabilidad de infectarse es mucho más elevada para los hombres homosexuales. Verifique los siguientes hechos.

Un estudio realizado en 1992 por el Center for Disease Control (Centro para el Control de Enfermedades) de los Estados Unidos reveló que aunque el 50 por ciento de los hombres homosexuales tenían más de 500 compañeros sexuales, el promedio de encuentros sexuales entre las víctimas de SIDA es de 1,100. 27

“Tan difícil como podría ser de entender, algunos hombres homosexuales no se protegen para tener relaciones homosexuales, porque ellos quieren contraer el VIH, o por lo menos sentirse al borde de contraerlo. El peligro puede ser erótico, incluso la amenaza de contraer una enfermedad mortal”, así lo reportó un artículo de la revista Newsweek. El artículo también hacía referencia a un estudiante, quien dijo: “Si alguien tiene el SIDA o el VIH, eso crea un halo de celebridad. Es heroico, como pelear una batalla... Cuando uno se relaciona con alguien que tiene el VIH, es como estar con alguien más importante que uno”.

Los estudios han indicado que el sistema inmunológico natural del cuerpo se debilita con la repetida exposición al semen durante la penetración anal. Por otra parte, el desgarramiento y la ruptura que puede ocurrir durante esa clase de relaciones sexuales expone al individuo a infecciones provenientes de una multiplicidad de enfermedades graves y mortales. De éstas, el SIDA es la más conocida y la más peligrosa.

Hasta junio 30 de 1993 habían sido reportados 315.930 casos de SIDA En los Estados Unidos. De estos 191.642 fueron de hombres homosexuales y bisexuales (61 por ciento de todos los casos de SIDA). El porcentaje restante de 39 por ciento era una combinación de heterosexuales, drogadictos que se inyectaban intravenosas, hemofílicos, recipientes de transfusiones de sangre, niños infectados con VIH por sus madres y otros. Esto significa que los homosexuales tienen 30 veces más probabilidad de contraer VIH.

¿Por qué es importante la verdad?

Se está exponiendo la vida de las personas, cuando se circula el mito de que los homosexuales no tienen más riesgos de contraer el SIDA que los heterosexuales. ¡La vida de personas está en juego! Claro, hay otros riesgos para quienes están participando de la homosexualidad: aislamiento, tristeza, confusión, desilusión, abandono, etc. Cuando usted está viviendo fuera del plan que Dios tiene para usted, ya sea experimentando con homosexualidad o cometiendo intencionalmente cualquier otro tipo de pecado, de una forma u otra, usted va a sentir las consecuencias. Probablemente lo peor de vivir una vida de pecado es no tener paz con Dios.

Mito # 5
Los homosexuales son personas normales, gente sana como uno.

Es increíble como hay tanta gente que dedica su vida entera a “tenerlo todo”. Desean tener la ropa más fina, los autos más rápidos, las casas más grandes y las cuentas de banco más grandes. Lo más probable es que todo lo que ellos quieren es ser aceptados y apreciados. Los homosexuales no son diferentes. Ellos han sido heridos por el rechazo y al parecer están dispuestos a hacer todo lo necesario para ser considerados “normales”. Pero irónicamente, la intolerancia de la sociedad no parece ser lo que está llevando a los homosexuales a comportarse de manera arriesgada o peligrosa. De hecho, este tipo de conducta tiende a existir más intensamente en sitios donde los homosexuales enfrentan menos oposición, tales como las grandes ciudades o en las universidades donde hay concentraciones de la comunidad homosexual. John Paulk, especialista en Homosexualidad y Género para Enfoque a la Familia, dice : “Por experiencia puedo decir que la promiscuidad, el abuso de drogas, el suicidio, el VIH, todos éstos comportamientos son peores en donde la homosexualidad es más aceptada”.

La realidad: Muchos homosexuales tienen encuentros sexuales anónimos y hacen ostentación de sus obsesiones sexuales.

Hay varias áreas donde el promedio de homosexuales difiere del promedio de los heterosexuales “comunes y corrientes”. Los hechos hablan por sí mismos. Veamos:
Richard Howe, en su informe “Homosexuality in América: Exposing the Myths”(La Homosexualidad en América: Exponiendo los Mitos), expone las mentiras promovidas por la agenda homosexual. Él escribe: “La ingeniosa y relativamente eficaz campaña de relaciones públicas esconde la realidad del estilo de vida homosexual. Esto se puede demostrar a través de dos fuentes [indisputables]: los ex homosexuales que nos revelan lo que es el típico estilo de la vida homosexual y videos de homosexuales en ciertas reuniones públicas”.

El columnista Matt Kauffman ha investigado el fenómeno de los homosexuales que se han atrevido a abandonar la homosexualidad. Él nos dice: “El problema va más allá de la promiscuidad. Los homosexuales (hombres y mujeres) tienen más inclinación a fumar, tomar y consumir drogas ilegales, que el resto de la sociedad. Un estudio detallado publicado en la revista American Journal of Public Health (Publicación Americana de la Salud Pública) encontró que el 50 por ciento de los hombres homosexuales y el 41 por ciento de las lesbianas han usado alucinógenos tales como LSD; y el 79 por ciento de los hombres homosexuales y el 82 por ciento de las lesbianas han usado mariguana”.33

Los registros recopilados en 1994 por el periódico The Wall Street Journal (El Diario de Wall Street) demuestran que los homosexuales son uno de los grupos más afluentes en los Estados Unidos, no es un grupo de “gente común”. El 60 por ciento de ellos son graduados universitarios comparados con el promedio nacional de 18 por ciento. El 49 por ciento trabajan en posiciones profesionales y de gerencia, en comparación con el promedio nacional de 16 por ciento. El 66 por ciento sale de vacaciones al exterior, comparado con el promedio nacional de 14 por ciento.

¿Por qué es importante la verdad?

El Apóstol Pablo afirma en el libro de Romanos que la homosexualidad “no es natural”. Pero algunos homosexuales le dirán que ellos se han sentido atraídos a personas del mismo sexo desde que tienen uso de razón, en otras palabras, para ellos es algo natural. Lamentablemente, los sentimientos no justifican las acciones. El “pecado” es toda conducta desagradable a Dios. Vivimos en un mundo perdido y el pecado ha distorsionado nuestra percepción de la verdad; por lo tanto, lo que alguien considere como natural o normal, no es razón para cambiar la verdad sobre las leyes morales de Dios, que se encuentran en la Biblia.

La homosexualidad es sólo un síntoma de una humanidad perdida. En nuestra naturaleza humana dañada, tenemos un ansia innegable de buscar algo que nos llene. Y, sin embargo, es quizá debido a nuestra naturaleza humana pecadora (homosexuales y heterosexuales) que buscamos ese complemento en lugares inadecuados. Ya sea estemos luchando con la atracción hacia el mismo sexo, la pornografía, la envidia o las mentiras, es fácil tratar de estampar la etiqueta de “normal” o “saludable”, en nosotros mismos para tratar de justificar nuestra conducta pecadora. Pero calificativos como éstos, nunca cubrirán las heridas profundas de la gente que se ha enredado en un estilo de vida que desagrada a Dios. El único lugar donde la persona puede encontrar restauración y satisfacción es al pie de la cruz de Jesucristo.

Mito # 6
La Biblia no condena la homosexualidad, sólo la promiscuidad.

En los últimos años, varias denominaciones importantes han abandonado las interpretaciones tradicionales de las Escrituras y le han dado la bienvenida al movimiento homosexual cristiano.
Algunas personas dicen que las afirmaciones de Pablo fueron sólo dirigidas a los creyentes de tiempos pasados y no tienen relevancia en nuestros días. Pero la palabra de Dios, que nunca cambia y es para siempre (Isaías 40:8), nos cuenta una historia diferente.

La realidad: Dios condena claramente cualquier acto sexual fuera del matrimonio heterosexual.

Dios diseñó las relaciones sexuales sólo para la unión del hombre y la mujer en el matrimonio. El primer capítulo del Génesis declara que “Dios creó al ser humano a su imagen… hombre y mujer los creó.” A través de este capítulo aprendemos que la fornicación, el adulterio y la prostitución, así como también el “matrimonio homosexual”, son distorsiones del plan original que Dios tiene para unas relaciones sexuales saludables. Veamos:
El pecado de la homosexualidad es condenado por la Ley de Moisés: “No te acostarás con un hombre como quien se acuesta con una mujer. Esto es una abominación.” (Levítico 18:22)

Las relaciones entre un hombre y una mujer son las únicas relaciones sexuales permitidas por Jesucristo: “‘¿No han leído,’ replicó Jesús que en el principio el Creador ‘los hizo hombre y mujer’, y dijo: ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo’? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre’”. (Mateo 19: 4-6)

El primer capítulo de Romanos es usualmente considerado como el que más clara y completamente condena la homosexualidad en la Biblia. También contiene la única referencia específica al lesbianismo. “Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros. Intercambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendecido por siempre. Amén.

Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión.” (Romanos 1:24-27)

El conocido autor Bob Davis se ha comprometido a aconsejar y atender las necesidades de personas que está luchando con la homosexualidad. En su artículo “What Does the Bible Say?” (“¿Qué dice la Biblia?”) La revista Moody ofrece una perspectiva profunda de los pasajes de la Biblia, como el de 1 Corintios 6:9-10, donde aparecen “los sodomitas”, y “los pervertidos sexuales”, en una larga lista de gente que no van a entrar en el reino de Dios. Estos versículos en particular parecen muy claros, hasta que comienza la discusión acerca del verdadero significado de esta frase en el original del griego, del Nuevo Testamento. Davis escribe: “¿Acaso se refiere a una relación de prostitución, de lujuria entre hombres, sin ningún tipo de compromiso o se refiere a una relación amorosa y permanente? El significado literal es: ‘un hombre que se acuesta con otro hombre’. No existen categorizaciones. Toda conducta homosexual está prohibida, no importan los grados de amor o de lujuria de la relación.

¿Por qué es importante la verdad?

Existen variadas distorsiones en la sexualidad debido a los efectos del pecado. Y esas distorsiones han causado dolor y sufrimiento a muchos. Sabemos por la Biblia que quienes realizan actos homosexuales reciben en sí mismos: “el castigo que merecía su perversión” (Romanos 1:27). Bob Davis ha visto esto en su ministerio para homosexuales y lesbianas. Él escribe: “Los homosexuales recogen la amarga cosecha del sufrimiento emocional y físico. Aunque el SIDA no es necesariamente un juicio directo de Dios, es ciertamente una consecuencia devastadora del pecado”.

La palabra de Dios es clara en la materia de la homosexualidad y también es muy clara en el asunto de una sexualidad saludable. Probablemente usted ha oído decir que: “Dios tiene un plan para su vida”. Pues bien, ¿creería usted que Él también tiene un plan para su vida sexual? ¡Es verdad! Él planeó para todos nosotros una vida matrimonial llena de amor y acontecimientos.

Mito # 7
Las relaciones lesbianas son más saludables que las relaciones de los hombres homosexuales.

Generalmente se creía que la mujer que tiene relaciones sexuales con mujeres tienen menos probabilidades, que los hombres homosexuales de contraer enfermedades transmitidas sexualmente. La mayoría de la investigación médica sobre los riesgos de salud entre los homosexuales, se hace sobre hombres que tiene relaciones con otros hombres. Quizás una de las razones por las cuales, no podemos encontrar mucha investigación sobre los riesgos asociados con la conducta lesbiana, es que las mujeres son reacias a decir que participan en actividades lesbianas. 37 Pero existen algunas investigaciones, que no respaldan este mito.

La realidad: Las relaciones lesbianas tampoco son saludables y se tienen los mismos riesgos de contraer enfermedades mortales, como en las relaciones de hombres homosexuales.

El hecho es que la mayoría de las mujeres que tienen relaciones sexuales con otras mujeres, no tienen relaciones únicas y exclusivas. Aproximadamente dos tercios de las mujeres entrevistadas han tenido relaciones sexuales con hombres en los últimos cinco años. 38 El índice de las enfermedades transmitidas sexualmente, entre las mujeres bisexuales activas es el doble, de aquellas que sólo tienen exclusivamente relaciones lesbianas. 39 Otros estudios han demostrado que un significativo número de lesbianas participan en actividades de gran riesgo, las cuales aumentan los peligros médicos de contraer enfermedades. Veamos a continuación:

“Las mujeres lesbianas y las bisexuales tienen una gran índice de conductas riesgosas, tales como el abuso de drogas y el intercambio de actividad sexual por drogas o dinero”.

La National Coalition of Anti-Violence Programs (NCAVP) (Coalición Nacional de Programas en Contra de la Violencia) ha reportado que la violencia doméstica es tan común entre las lesbianas, los homosexuales y los bisexuales y en las relaciones de transgénero, como en las relaciones heterosexuales. (No se excluyeron las relaciones lesbianas.) Además, informes de incidentes de violencia doméstica en este tipo de relaciones aumentó un 41 por ciento, de 1996 a 1998. 41
“Una de las enfermedades de transmisión sexual que es preocupante es la vaginosis bacterial (bacterial vaginosis, BV). El predominio de BV es significativamente y consistentemente más alta entre las mujeres lesbianas que entre las mujeres heterosexuales”.

“Compartir aparatos sexuales y otros inventos, tener contacto oral-anal oral-genital y exponerse a la sangre de la menstruación y otros fluidos del cuerpo son actividades de gran riesgo, ya que favorecen la transmisión de agentes patógenos entre las mujeres que tienen relaciones con otras mujeres”.

Algunos informes dicen que las lesbianas tienen índices más altos de cáncer de seno y de cáncer de ovario debido a una variedad de factores de riesgo, tales como nuliparidez (el no haber tenido hijos nunca), tener hijos tarde en la vida y a los altos índices de consumo de alcohol y obesidad”. 44 De hecho, la doctora Suzanne Haynes, jefa de la sección de educación de salud del National Cancer Institute (Instituto Nacional del Cáncer), calculó que las lesbianas “tienen un 33 por ciento de desarrollar cáncer de seno durante su vida, en comparación con un poco más del 10 por ciento, que es el porcentaje promedio de la población en general.”

¿Por qué es importante la verdad?

Es importante que las mujeres conozcan las consecuencias de sus decisiones. Las lesbianas no están exentas de las consecuencias de la promiscuidad, tales como el virus del SIDA. La triste verdad es que debido a que este mito se ha perpetuado, menos y menos lesbianas visitan al médico. Las mujeres heterosexuales se chequean con el ginecólogo, cada ocho o nueve meses en promedio; en cambio, el promedio entre las lesbianas es de 21 a 24 meses.46 Ésta es una causa de gran preocupación, ya que muchas mujeres que se identifican como lesbianas corren el riesgo de desarrollar displacía cervical, debido a los múltiples encuentros heterosexuales tenidos anteriormente, cuando eran más jóvenes y también debido al cigarrillo.

Nuevamente, la palabra de Dios habla claramente de las consecuencias de las conductas que transgreden la ley de Dios. La única relación sexual que no trae consigo ningún riesgo es la abstinencia. Si se siente tentado por la lujuria, hacia alguna persona de su mismo sexo o del sexo opuesto, usted puede optar por la pureza y cosechar una vida llena de recompensas. Vale la pena esperar por el verdadero amor, no sólo por los riesgos de la promiscuidad, sino porque Dios sólo ha dado su bendición a las relaciones sexuales en el contexto del matrimonio heterosexual.

Mito # 8
Los homosexuales no se pueden cambiar.

Éste es probablemente el mito más devastador que circula hoy en día. Sin embargo, la mayoría de los homosexuales creen que su homosexualidad es tan parte de su identidad, que ellos no pueden hacer nada. En este informe, “Homosexuality in America: Exposing the Myths,” (La homosexualidad en América: Exponiendo los Mitos), Richard Howe está de acuerdo con que este mito es terriblemente destructivo, porque puede llevar a un total abandono de toda idea de esperanza y liberación. Él sugiere dos razones importantes del por qué los homosexuales, no quieren admitir que sí pueden cambiar:

1. Ellos estarían admitiendo que existen individuos dentro de la comunidad homosexual que, después de pensarlo detenidamente, han llegado a la conclusión de que la homosexualidad no es correcta y que esa conducta no lleva a encontrar la felicidad, ni la satisfacción personal. Focalizar en los homosexuales que quieren cambiar, es continuar enfatizando la inmoralidad y la destrucción personal de la homosexualidad.

2. Estos individuos estarían negando la idea de que la homosexualidad tiene causas orgánicas. Mientras la comunidad homosexual logre convencer al público en general, de que la homosexualidad está más allá de su control, más tolerancia van a recibir e incluso pueden conseguir un trato preferencial, en creación de programas de interés político y social.

La realidad: Sí es posible dejar de ser homosexual.

La verdad es que hay un gran número de personas que han dejado la homosexualidad:

El doctor Reuben Fine, director del New York Center for Psychoanalytic Training (Centro de Nueva York para el Entrenamiento Psicoanalítico) dice: “Es paradójico que incluso aunque los grupos homosexuales políticamente activos niegan la posibilidad de cambio, todos los estudios de Schrenck y Notzing han encontrado efectos positivos, casi independientemente, del tipo de tratamiento utilizado... un considerable porcentaje de personas abiertamente homosexuales cambiaron a heterosexuales”.

En la National Association for Psychoanalytic Research and Therapy of Homosexualidad (NARTH), (Asociación Nacional para la Investigación Psicoanalítica y Terapeútica de la Homosexualidad) a la cual hizo referencia el doctor Joseph Nicolosi, quien es psicólogo clínico en esa organización, se piensa que la homosexualidad sí se puede cambiar, ya que es un trastorno del desarrollo que se puede tratar.

Existe incluso el National Coming Out of Homosexuality Day (Día Nacional: “Dejando de ser homosexual”), el cual se celebra anualmente. La meta de este evento es “proveer una visión cristiana del mundo, para decirle al público que muchos de nosotros hemos dejado la homosexualidad y que estamos dispuestos a ayudar a todos los que quieran hacer lo mismo”.

Los individuos que han participado en una de las agencias afiliadas al ministerio Exodus International han descubierto que Jesucristo es el único que puede hacer cambiar a la persona. “El camino no comienza sólo con dejar la vida homosexual, con tratar de relacionarse con una mujer, ni con tratar de relacionarse con otros hombres de una manera diferente; comienza estableciendo una relación con Dios... Desde nuestro punto de vista, quienes hemos pasado por ese camino, podemos decir que fue difícil, pero valió mil veces la pena, porque ha sido un camino hacia la felicidad, la libertad y la plena satisfacción personal”.

¿Por qué es importante la verdad?

Dios es claro sobre las consecuencias del mal comportamiento, como es el caso de la conducta homosexual. Sin embargo, al igual que otros estilos de vida inmorales, la homosexualidad es perdonable, si la persona se arrepiente de sus acciones y se vuelve a Dios. El poder de Dios cura y restaura. Dios tiene el poder de intervenir en la vida de una persona y cambiarla. Ése es el mensaje que se ha silenciado hoy en día: Sí se puede dejar de ser homosexual a través del amor y la gracia incondicionales de Jesucristo. Ciertamente es muy difícil cambiar conductas destructivas, especialmente las que son adictivas por naturaleza como tomar, fumar o las relaciones sexuales, tanto homosexuales, como heterosexuales. De hecho, cambiar es una de las decisiones más difíciles que una persona puede tomar en su vida. ¡Pero hay tanta esperanza en nuestro Señor Jesucristo! Piénselo bien: ¡El poder de Dios es sorprendente! Si Él pudo resucitar a Jesucristo de entre los muertos, Él puede rescatarnos de cualquier enredo que hayamos caído.

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. 1 Juan 1:9 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 2 Corintios 5:17 Usted puede ayudar a alguien que está luchando con la homosexualidad.

Lo mejor que usted puede hacer por alguien que está luchando con el pecado de la homosexualidad, ¡es orar! Pídale a Dios que le dé oportunidades para que usted le pueda mostrar su interés y su preocupación por él o ella, también ore para que Dios le dé el valor y la fortaleza para comunicar la verdad con amor. El doctor Jeffrey Satinover ha escrito extensamente sobre el problema de la homosexualidad y ha ayudado a un incontable número de personas, para que ayuden a otras y se ayuden así mismas. Lo siguiente ha sido tomado de uno de sus escritos: “What to do… and Not to Do”, que es una lista, de lo que se debe y no se debe hacer, la cual aparece en “Homosexuality Facts versus Fictions”(“Realidades Contra Ficciones Acerca de la Homosexualidad”).

1. Acuérdese de que todos nosotros hemos pecado y hemos sido privados de la gloria de Dios. Por lo tanto, esté dispuesto a hablar de sus luchas personales y de sus tentaciones.

2. No condene. Las personas no han “escogido” el “tener sentimientos homosexuales”, de la misma manera en que algunos escogen vivir en cierta ciudad. Describirlo de esta forma es probarles a los homosexuales que usted no tiene ningún conocimiento de la experiencia homosexual y tampoco ninguna compasión por ellos. Entienda que la esencia de la lucha del homosexual es el rechazo.

3. No comience a recitar todos los problemas relacionados con la homosexualidad. Tenga en cuenta que rara vez las exhortaciones convencen a una persona, para que deje el alcohol o el cigarrillo. Tampoco se vaya al otro extremo. La aceptación de la homosexualidad, como una “alternativa” legítima, puede parecerle al principio, como la única opción compasiva. Sin embargo, existen mejores formas de abordar el problema, que son más adecuadas y que pueden demostrar mejor su preocupación y comprensión, y que a la vez, toman en cuenta la realidad de la situación.

4. Trate de prevenir el problema antes de que ocurra. Discuta abiertamente el tema de la homosexualidad con sus amigos o con una persona cercana, que tal vez está luchando con la homosexualidad. Familiarícese con las causas y trátelas temprano. Hágales entender los riesgos.

5. Ofrezca opciones específicas tales como información sobre ministerios del tipo de Exodus International, el cual ha ayudado a miles de personas que han librando la batalla con su homosexualidad. Presénteles la esperanza de que el cambio ¡es posible! Incluso ofrézcales este folleto. Aunque la persona tenga una actitud defensiva y esté renuente, si usted ofrece una opción específica de asistencia, con bondad, más tarde en la vida ésto puede tener repercusiones favorables.

6. Muestre su amor, su preocupación y su gentileza, al mismo tiempo que señala el camino hacia la restauración.

Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Gálatas 6:1-2

¿Necesita más ayuda?

Exodus North America es una coalición mundial de ministerios cristianos que ofrecen apoyo a hombres y mujeres que quieren sobreponerse a la homosexualidad. Muchos de estos ministerios tienen servicios especializados para miembros de la familia y amigos, incluyendo servicios de grupos de apoyo, consultas personales y materiales de lectura. Para obtener publicaciones gratis sobre la labor de Exodus, incluyendo una lista de referencias de ministerios, comuníquese con: Exodus Latinoamérica, Apartado Postal #4-25, Cuernavaca, Morelos 62451, México. Teléfono: 52-777-317-8424. Correo Electrónico: exoduslatinoamerica.org.

Para más información sobre este tema, usted puede comunicarse con:
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1 comentario:

Anónimo dijo...
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